Tapiz de la Virgen Inmaculada del Escorial

Tapiz de la Virgen Inmaculada del Escorial
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Tapiz decorativo de la Inmaculada del Escorial de Murillo | Venta online

  • Tapiz decorativo inspirado en la obra "La Inmaculada del Escorial" de Bartolomé Esteban Murillo.
  • 50 cm de ancho por 70 cm de alto.
  • Fabricado con algodón y viscosa.
  • A la venta otros tapices de la Virgen María

Simbolismo y contexto histórico del tapiz de la Inmaculada del Escorial

El tapiz de la Virgen reproduce la célebre obra conocida como de Bartolomé Esteban Murillo, La Inmaculada del Escorial.

El cuadro original de Murillo es un óleo sobre lienzo que data de hacia 1665. Esta versión de la Inmaculada Concepción, recibió el nombre de la Inmaculada del Escorial por ser exhibida en la Casita del Príncipe, en el complejo monástico de El Escorial. 

Murillo se distinguió por su capacidad para capturar la devoción popular en torno al dogma de la Inmaculada Concepción. Un dogma de fe de gran seguimiento en España, pero que no fue reconocido por la Iglesia Católica hasta el siglo XIX, casi doscientos años después de que Murillo pintase su celebérrima colección de figuras de la Virgen Inmaculada.

Durante siglos hubo un vivo debate entre corrientes teológicas enfrentas en relación con la Inmaculada Concepción de la Virgen María. Los franciscanos y jesuitas defendían la creencia en la concepción sin pecado original de María, mientras que otras órdenes mostraban escepticismo respecto al dogma.

Esta lucha teológica culminó con la promulgación de bulas papales del Papa Pío IX. En la carta apóstolica Ineffabilis Deus (en latín, ‘Inefable Dios’) el papa declara el dogma de la Inmaculada Concepción de la Santísima Virgen María. Fue promulgada el 8 de diciembre de 1854, fecha de la fiesta anual de la Inmaculada. 

Elementos iconográficos del tapiz Inmaculada

El tapiz captura los elementos característicos de la obra original: la Virgen María aparece sobre la luna, con una rodilla adelantada, y rodeada de querubines.

Los querubines portan en las manos lirios blancos, rosas y una palma, símbolo del martirio. La Virgen viste un manto azul sobre una túnica blanca, símbolos de pureza y divinidad. Estos detalles están inspirados en la iconografía apocalíptica descrita en las letanías lauretanas y en la tradición pictórica de Francisco Pacheco.

Se trata de una de las Inmaculadas de Bartolomé Esteban Murillo con aspecto más juvenil, lo que la vincula con la obra de Zurbarán.

Murillo se caracteriza por representar a Santa María de manera bella y sencilla, tal y como se reflejaba fielmente en este tapiz de la Inmaculada.