Lavabo litúrgico de cristal | Lavamanos

Lavabo litúrgico de cristal | Lavamanos
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Lavabo litúrgico | Jarra y palangana de cristal

  • Jarra de cristal con 21 cm de altura.
  • Plato o palangana de cristal con 29 cm de diámetro y 6 cm de altura.
  • Diseñado para el rito del lavabo en la misa.
  • Cristal transparente.
  • A la venta otros lavabos litúrgicos de cristal

Simbolismo y uso del lavabo litúrgico en la misa

El lavabo litúrgico en la Iglesia Católica es un rito esencial dentro de la celebración de la misa. El sacerdote se lava la manos en el ofertorio, antes de la consagración del pan y el vino.

Este acto simboliza la purificación espiritual del sacerdote, quien se lava las manos como expresión de su deseo de pureza antes de entrar en contacto con los elementos sagrados de la Eucaristía.

  • Origen del lavado litúrgico

El lavabo litúrgico tiene sus raíces en las antiguas prácticas de purificación de Israel, mencionadas en textos apostólicos y por los Padres de la Iglesia, como San Cirilo de Jerusalén.

El ritual ha sido conservado en la tradición litúrgica, regulada por la Instrucción General del Misal Romano (IGMR). En la Instrucción General se establecen los pasos que debe de llevar a cabo el sacerdote para lavarse las manos antes de entrar en contacto con los elementos eucarísticos. 

  • Significado 

El sacerdote se lava las manos con el lavamanos litúrgico con un doble objetivo. Por un lado, es un gesto de higiéne. Por otro lado, representa la limpieza interior del sacerdote, recordando la pureza espiritual necesaria para realizar el sacrificio eucarístico.

Mientras el sacerdote se lava las manos, es un buen momento para la introspección, tanto del propio cura, como de todos los fieles. Un momento para mirar hacia el interior, comprobar si tenemos el alma lo suficientemente limpia para recibir el Cuerpo de Cristo. 

  • Procedimiento litúrgico

Durante el ofertorio, un acólito vierte agua sobre las manos del sacerdote mientras recita en voz baja una oración, que tradicionalmente incluye los versículos 6-7 del Salmo 26: "Lavo mis manos en señal de inocencia". En algunas versiones litúrgicas modernas, se puede recitar una oración alternativa enfocada en la purificación.