Feliz día de la Inmaculada Concepción 2024
El día 8 de Diciembre se ha convertido con el transcurrir de los años en una de las fechas más señaladas dentro del calendario litúrgico. Es un día de gran tradición y de un colorido muy especial.
Todas las devociones marianas tienen un gran número de devotos, pero el día de la Inmaculada Concepción es especial en muchos sentidos.
Por este motivo, vamos a dedicar la entrada de hoy hablar del origen, significado y celebración del día de la Inmaculada Concepción.
Antes de empezar a detallar la información nos gustaría desearte un muy feliz 8 de diciembre de 2024, un muy feliz día de la Inmaculada Concepción 2024.
Día de la Inmaculada Concepción 2024 | 8 de Diciembre
El día 8 de diciembre, ya en el tiempo de Adviento, como cada año, la Iglesia Católica celebra el día de la Inmaculada Concepción, también conocido como la el día de la Purísima Concepción.
El día de la Inmaculada Concepción es una fecha de gran tradición en toda España, es fiesta nacional, y en muchos otros países. En España tiene un especial significado porque los sacerdotes españoles tienen el privilegio de vestir artículos religiosos y ornamentos litúrgicos de color azul para dar Misa. Este privilegio fue concedido a España en reconocimiento a su inmensa labor para conseguir que la Inmaculada Concepción fuese promulgado como dogma de fe por el Vaticano. Algo que no se consiguió hasta el siglo XIX.
Cabe destacar que el mes de diciembre, además del día de la Purísima Concepción, también celebramos el día de la Virgen de Guadalupe. Fecha de gran importancia en México y en todo América latina. La segunda semana de diciembre es una época de gran transcendencia en cuanto a celebraciones marianas.
Día mundial de la Inmaculada Concepción en la Iglesia Católica
El dogma de la Purísima Concepción reconoce que la Virgen María, como futura madre de Jesús, a diferencia de los demás seres humanos, fuese concebida libre de pecado. Desde el primer instante de su concepción. Estuvo libre de todo pecado, toda mancha o efecto del pecado original, “...fue preservada de toda mancha de pecado original...”, tal y como nos dice el Prefacio de la Misa, “purísima había de ser la Virgen que nos diera el Cordero inocente que quita el pecado del mundo”.
Todos los hombres y mujeres, como hijos de Adán y Eva, estamos manchados por el pecado original desde el mismo momento de nuestra concepción. En el mismo instante en el que nuestra alma entra en contacto con nuestro cuerpo, en el vientre de nuestras madres, somos tocados por el pecado en el momento el que su alma inmortal es insuflada en su cuerpo mortal.
Esta mancha es eliminada por el Bautismo
A diferencia de los demás seres humanos, la Virgen María que fue concebida libre de todo pecado. A nuestra Madre, la Virgen María, desde este primer momento le fue concedida la gracia santificante antes de que el pecado pudiese ennegrecer su alma. Dándole un estado de inocencia, justicia y santidad, y excluyendo todas las debilidades, especialmente las derivadas del pecado original.
El dogma de la Inmaculada Concepción se resume en la expresión "llena eres de gracia" (Gratia Plena) que pronunciamos cada vez que recitamos el Ave María. También podemos ver esta expresión en el saludo con el que el arcángel Gabriel se presenta a la Virgen María en el momento de la Anunciación:
"1:28 El Ángel entró en su casa y la saludó, diciendo: "¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo".
1:29 Al oír estas palabras, ella quedó desconcertada y se preguntaba qué podía significar ese saludo."
(Evangelio según San Lucas)
La Inmaculada Cocepción de María y la concepción virginal de Jesús
En nuestros días, es habitual que la que se produzca la confusión entre la Purísima Concepción y la concepción virginal de Jesús. Esto es una idea errónea bastante extendida. Realmente la Inmaculada Concepción se refiere a la concepción de la Virgen María en el seno de su madre, Santa Ana.
No debemos confundir la doctrina dogmática de la Inmaculada Concepción con la doctrina de la concepción virginal de Jesús en el vientre de la Virgen María. Nuestro Señor Jesús fue concebido de manera virginal solo con la gracia de Dios y la intervención del Espíritu Santo, sin el concurso de varón.
El origen español del dogma de fe, la batalla de Empel
El día de la Purísima Concepción se celebra el ocho de diciembre (nueve meses antes del día ocho de septiembre, día del nacimiento de la Virgen María o la Natividad de María) desde el año 1644, cuando fue declarada fiesta de guardar en los reinos de su Majestad Católica.
Antes de esa declaración existe otro año fundamental en el cual se cimienta la unión entre la Santísima Virgen María y el reino de España.
A finales del siglo XVI, en el año 1585, se enfrentan los ejércitos españoles y los rebeldes de los Países Bajos en la Batalla de Empel, popularmente conocida como el Milagro de Empel.
La batalla de Empel fue uno de los muchos enfrentamientos que se llevaron a cabo durante la llamada Guerra de los Ochenta años que enfrentó católicos y rebeldes. Dicha guerra terminaría con la independencia de los Países Bajos, reconocida en la Paz de Westfalia.
Empel era un pequeño monte ubicado en la región de Flandes, donde se resguardó el Tercio Viejo de Zamora, comando por Francisco Arias de Bobadilla, maestre de campo. Los tercios fueron unidades de carácter militar que se consideran los predecesores de la actual infantería española.
El día 7 de diciembre de 1585, el Tercio Español estaba al borde de la aniquilación total tras haber hecho frente en condiciones muy adversas al enemigo. El propio Francisco había cerrado la puerta a cualquier tipo de rendición.
En aquellas lamentables circunstancias, uno de los soldados españoles encontró entre el barro una imagen de la Virgen María pintada sobre una tabla flamenca.
Aquel hallazgo fue interpretado como una señal divida de la Santa Madre. La baja moral de la tropa empezó a subir, según la noticia se extendía entre los hombres españoles.
Pero aquella noche la Virgen no solo levantó el espíritu de los soldados españoles, sino que hizo mucho más.
Según cuenta los relatos de la época, durante la madrugada del 8 de diciembre unas circunstancias climatológicas totalmente extraordinarias permitieron el paso del ejército español. Pudiendo, gracias a los caminos congelados que habían creado, romper el cerco de los holandeses y dando la vuelta a la batalla. Arrebatando, de este modo, gracias a la intervención divina, la victoria de las garras de la derrota.
En ese mismo día, tras una milagrosa victoria, los tercios proclamaron a la Inmaculada Concepción como su patrona.
El Vaticano hasta el 1854 no hizo la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción, tal y como había defendido el estado y reyes españoles desde hacía más de doscientos años. Desde diciembre de 1854, la Santa Sede, a través de la bula Ineffabilis Deus, sostiene que Dios preservó libre del pecado a la Santísima Virgen.
Además del reconocimiento oficial del dogma de fe, también se concede a los sacerdotes españoles de vestir ornamentos litúrgicos y casullas azules durante las celebraciones litúrgicas marianas, como reconocimiento a la labor llevada a cabo por los reyes y religiosos españoles a lo largo de la historia.
Imágenes religiosas de la Inmaculada Concepción de Murillo
El vínculo de la Inmaculada Concepción con España continua a lo largo de los siglos. El pueblo español siempre ha sido muy devoto de la advocación concepcionista, como ya se ha comentado.
A pesar de la innegable importancia de los pintores mencionados, y de muchos otros, la imagen de la Inmaculada Concepción ha quedado ligada de manera inseparable al nombre de Bartolomé Esteban Murillo, conocido popularmente como Murillo.
El mundialmente conocido pintor sevillano alcanzó las más altas cuotas artísticas en su representación de la Inmaculada Concepción.
Obras como la Inmaculada Concepción “La Colosal”, la Inmaculada Concepción de El Escorial, la Inmaculada de los Venerables (también conocida como la Inmaculada de Soult) sirvieron para evolucionar la iconografía de la Inmaculada Concepción y fijarla hasta nuestros días.
El artista español, tomando como referencia la descripción de Santa Isabel de Silva, modifica el color de la vestimenta de la Virgen María. Introduce el color blanco para la túnica, sustituyendo el tradicional rojo.
Además, se centra en el dinamismo de la representación en contraste con las anteriores obras. Tanto la pose como de Santa María, su ropaje, especialmente la capa azul, se caracterizan por el movimiento.
Populariza el uso de nuevos símbolos como la luna a los pies de la imagen, o la presencia de querubines.
Estas imágenes han llegado a nuestros días como símbolo de la Inmaculada Concepción. Muchos de los artículos religiosos concepcionista tienen representaciones de los cuadros de Murillo.
Por ejemplo, en nuestra tienda online tenemos a la venta un paño de atril, un escapulario y una estola con la imagen de la Inmaculada Concepción de El Escorial.
Por supuesto, muchas de las piezas de imaginería religiosa a la venta en nuestra tienda online se inspiran en las imágenes religiosas de la Purísima Concepción de Murillo.