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Celebrando la Semana Santa en tiempos del coronavirus

Celebrando la Semana Santa en tiempos del coronavirus

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Celebrando la Semana Santa en estado de alarma

La Semana Santa es una de las celebraciones católicas más importantes del año litúrgico. Cada año todos los cristianos celebramos la Pasión, Muerte y Resurrección de Nuestro Padre Jesucristo. Cada año conmemoramos la la victoria de la vida sobre la muerte, la luz de Cristo vence a la oscuridad de la muerta concediéndonos la esperanza de la vida eterna al lado de nuestro Padre Celestial. 

La Semana Santa es una época de penitencia, arrepentimiento, sufrimiento y dolor, pero también es tiempo de esperanza y alegría. Los tres colores litúrgicos de la Semana Santa (blanco, rojo y morado) reflejan los sentimientos que colectivamente experimentamos durante las procesiones, actos y celebraciones.

El color rojo es el protagonista principal en las celebraciones vinculadas con la Pasión de Nuestro Señor Jesucristo durante la Semana Santa (Domingo de Ramos y Viernes Santo).¿Quien dice que este año no hay Semana Santa?

Por otro lado, el color morado es símbolo de la humildad, la penitencia y el propósito de enmienda que los cristianos debemos buscar en nuestro interior para encontrar a Jesús.

Finalmente, el color blanco representa el gozo pascual, la alegría, la pureza, la vida y la luz. Los ornamentos litúrgicos de color blanco son los grandes protagonistas en el Domingo de Resurrección. Día en que celebramos la vuelta a la vida, la victoria de Cristo sobre el pecado. Tras sufrir innumerables acusaciones, sufrimientos, tras sufrir la Cruz, Cristo vuelve a la vida por nosotros, por el perdón de nuestros pecados, para darnos la luz y la esperanza de la vida eterna. 

Esta Semana Santa será distinta a todas las demás, este año la humanidad en su conjunto se enfrente a un desafío como nunca se había visto, la enfermedad que todos conocemos como el coronavirus. Todo ha cambiado desde hace semanas, todos las previsiones y planes han tenido que ser revisados. Todo ha sido trastocado por este virus que nos aleja de nuestros seres queridos, que nos obliga a mantener las distancias con amigos, familiares y conocidos. 

En estas circunstancias es más importante que nunca recordar las enseñanzas de Nuestro Padre Jesucristo que conmemoramos cada Semana Santa y que son resumidas en los colores litúrgicos rojo, morado y blanco. Enseñanzas que todos los fieles experimentamos a lo largo de toda la celebración de la Pasión y Muerte de Jesús, pero muy especialmente durante la Vigilia Pascual, durante la celebración de la Resurrección. Momento en el cual la oscuridad de la muerte y la enfermedad son vencidas por la luz de Cristo. Las sombras de la desesperación son vencidas por la claridad de la esperanza que nos trae nuestro Salvador. 

La situación actual el muy complicada, el mundo tal y como lo conocíamos parece que está viniendo abajo, pero la esperanza de la salvación nunca debe desaparecer. Las sombras desaparecerán y la luz brillará de nuevo. Siempre ha sido así y por siempre los será. 

Es importante que no nos olvidemos de que la luz llegará. La esperanza siempre debe de estar presente en nuestras vidas. Por este motivo nos gustaría compartir contigo un poema que nos ha enviado una amiga. Desconocemos quién es el autor o la autora, pero se nota en cada línea su amor por la Semana Santa, por Cristo y por Virgen María. También apreciarás el amor por sus amigos y vecinos, por todos aquellos que están en los frentes de batalla contra el virus. 

Nos gustaría que compartas la obra por tus redes sociales con un doble objetivo. El primero es que creemos que es una composición que le alegrará el día a mucha gente. Nos parece preciosa y llena de buenos sentimos. El segundo es que nos gustaría conocer al autor o autora de la obra para poder rendirle el homenaje que según nuestro criterio se merece. 

Recuerda siempre que "¿Y cómo no va a salir la Esperanza Si eso es lo que ha quedado?"

¡¿Quién dice que este año no hay Semana Santa?!

¿Quién dice que este año

el Cristo de la Salud no sale,

si está vestido de verde

de azul o blanco en los hospitales?

 

¿quién dice que los nazarenos

no harán su penitencia

si vienen con sus enfermos

a las puertas de urgencias?

 

¿quién dice que Jesús Caído

no saldrá el Miércoles Santo

si vemos a nuestros médicos

caídos y agotados

con humildes cireneos:

celadores, limpiadoras y personal sanitario?

 

Y al igual que en la Borriquita

Cristo nos trajo la Buena Nueva

nuestros héroes camioneros

pasan las noches en vela

para traernos a todos alimentos a nuestra despensa.

y desafían los caminos

por donde el virus ya vuela,

pensando en sus familias

y en no quedar en cuarentena.

 

Y la Virgen de la Paz

lucirá su manto blanco

en tantas hermanas de ADL

que cuidad de nuestros ancianos

llevándoles la paz del cariño

con sus uniformes también blancos.

y con el cansancio en la mirada

como cuando en el Huerto estaba orando

también Cristo está presente

en los que en cualquier supermercado,

o en una pequeña tienda

de esas que están en nuestros barrios,

reponen las estanterías

o están en las cajas cobrando

para saciar nuestra hambre

como hiciera en aquel milagro,

con la misma humildad y Paciencia

con la que sale el Jueves Santo.

 

Y nuestros santos sacerdotes

con la Virgen del Rosario

ofrecen sus oraciones

por el pueblo encomendado.

 

Y en nuestra Policía y Guardia Civil,

también está crucificado,

dándonos todo su Amor

y su tremendo cuidado

para que pase de pronto la plaga

y no suframos ningún daño,

que ellos no se quedan en casa

y están en la calle velando.

 

¿Y cómo no va a salir la Esperanza

si eso es lo que ha quedado?.

La Esperanza para aquellos

que tienen negocios cerrados,

y miran pidiendo Remedios

en sus casas confinados.

 

Y la Virgen de la Palma

también sale este año

por el agradecimiento del pueblo

pues toca las palmas en un aplauso

a aquellos que se juegan la vida

para que nosotros estemos sanos.

 

Y a la Virgen de la Concepción

le pedimos este año

que al igual que ella fue tan Pura

así nos preserve bajo su manto

y quede este pueblo puro

sin ningún contaminado.

 

Y si piensas en cuántos de los nuestros

se sienten solos y abandonados

comprenderás que también

el Cautivo sale a la calle este año

porque encerrados en sus casas,

sin poder ir a ningún lado,

se sienten como Jesús Preso,

que sale sin ser Martes Santo,

y solo sienten la compañía

de la Virgen de los Desamparados.

 

Y cuando veo la de gente

que sin un ser querido se han quedado

y lloran mirando al cielo

buscando un consuelo santo,

siento que también ha salido

la Piedad del barrio bajo

o la Virgen de las Angustias

con su hijo en el regazo.

 

Y también saldrá de Madrugada

el Cristo de la Expiración,

que muriendo salvó al mundo

y de sus pecados lo limpió,

en nuestros hermanos de la limpieza,

que para que no haya infección,

recogen nuestras basuras

en silencio y abnegación.

 

Qué importantes son estos hermanos

que trabajan en el campo

llevando pesada Cruz

como el Cristo del Calvario

demostrando su fortaleza

expuestos a ser contaminados,

pero siguen siempre de frente,

como anda el Señor a su paso.

 

Por eso que no me digan

que nos quedamos sin Semana Santa

que ya lo dijo el Señor,

que Él mismo estaba

en aquel que es tu prójimo

y de tu amor necesitaba.

 

Que tal vez no habrá procesiones

de bellas imágenes talladas

pero como ves, Cristo sale a la calle

junto a su Madre cada mañana.

 

Y descubrirás el rostro de la Virgen

cuando mires a una anciana

que está pasando la cuarentena,

tan solita en su casa,

 y al cerrar los ojos verás

que esa abuelita santa

es la Virgen de la Soledad,

con el pelo lleno de canas.

 

Y la Virgen de los Dolores

aunque con sus mantillas no salga

también estará en la calle

en nuestros hermanos de las

farmacias

que para aliviar nuestros dolores

las medicinas nos despachan.

 

Y aunque a todos nos asuste

el pasar por el Sepulcro,

incluso ahí está la fortaleza

del que es el Rey del mundo,

y refugiarte en la Amargura,

que Ella es puerto seguro,

que en sus lágrimas hay dulzura

y después de esto habrá triunfo.

 

Que cada día nos bendice

Nuestro Padre Jesús Nazareno

sin salir a la cuesta o a la plaza

Él sigue cuidando de nuestro pueblo,

para que vivamos esta Semana Santa

con el corazón y el sentimiento.

 

Una Semana Santa diferente,

y cuando ya todo haya pasado

comprobaremos realmente

que Cristo ha Resucitado,

y nos traerá con Él la alegría

de un pueblo recuperado

para bailar como baila la Antigua

y vivir mejor como hermanos.

 

Que aunque no haya procesiones

en nuestro pueblo por primavera

sigue oliendo el incienso

que pone su gente buena,

porque nuestro sentir no se suspende,

porque nuestra Fe es verdadera,

porque siempre es Semana Santa.

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